Corría el año 1944. En el campo de concentración de Ravensbrück, Alemania, Corrie ten Boom y su hermana Betsie compartían una celda infestada de pulgas. A pesar del dolor y la oscuridad, Betsie insistía: “Debemos dar gracias a Dios… ¡incluso por las pulgas!”. Corrie no lo entendía. Semanas después descubrieron que los guardias evitaban esa celda precisamente por las pulgas.…
