Donde NO buscar la Felicidad

Todos queremos ser felices. Pero la mayoría la busca en lugares equivocados. Pensamos: “Seré feliz cuando…” me case, tenga más dinero o cuando todo esté en orden. El problema es que esas metas son circunstanciales, y las circunstancias cambian. Lo que hoy te alegra, mañana puede dejarte vacío.

La psicología llama a esto adaptación hedónica: los cambios externos producen una felicidad breve. El autor Dan Gilbert lo resume: creemos que el dinero traerá mucha felicidad por mucho tiempo, cuando en realidad solo trae un poco por poco tiempo.

“¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?… Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.”
(Isaías 55:1–2)

Dónde no buscarla

  • Posesiones: siempre habrá algo más que desear.
  • Personas: incluso las mejores fallan a veces.
  • Circunstancias: cambian sin aviso.
  • El pasado o uno mismo: no pueden saciar el corazón.

La felicidad basada en metas cambiantes es un espejismo. El gozo verdadero no se compra ni se fabrica; se recibe en una relación viva con Dios. No se trata de tenerlo todo bajo control, sino de confiar en Aquel que está en control.

“En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.”
(Salmo 16:11)

Oración

Señor, enséñame a dejar de perseguir lo que no sacia y a encontrar mi gozo en Ti. Que mi corazón dependa de Tu presencia, no de mis circunstancias. Amén.

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