
Texto clave:
“A ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.” — Isaías 61:3
Dios ya nos ha dado el manto de alegría, pero Él no lo pondrá por nosotros. El manto está listo, tiene tu nombre, pero tú decides si te lo pones.
Jesús citó Isaías 61 al comenzar su ministerio, anunciando que había venido a consolar a los afligidos y a cambiar el lamento en gozo. No vino a darte una vida sin problemas, sino a vestirte con una nueva identidad. Él te ofrece:
- Gloria en lugar de ceniza.
- Óleo de gozo en lugar de luto.
- Manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.
El gozo no es automático; es una respuesta a lo que Dios ya hizo. Muchos siguen vestidos de culpa, temor o tristeza, aunque el manto de alegría está colgado a su alcance. Dios ya lo proveyó, pero tú debes decidir ponértelo.
En la parábola del hijo pródigo, el padre ordenó: “Sacad el mejor vestido y vestidle.” (Lucas 15:22). Ese es el corazón de Dios contigo: quiere verte restaurado, vestido de dignidad y alegría. Pero tú debes aceptar el regalo y ponértelo.
La gloria está ahí. El óleo de gozo está ahí. El manto de alegría está ahí. Es tuyo. Tiene tu nombre por todas partes. ¡Solo tienes que ponértelo!
💡 Llamado a la acción:
No sigas vestido de preocupación. Hoy mismo, ponte el manto de alegría. Vístete con la paz y el gozo que Cristo ya compró para ti.
🙏 Oración:
Señor, gracias por el manto de alegría que ya me diste.
Perdóname por dejarlo colgado mientras sigo vestido de ansiedad y temor.
Hoy decido ponérmelo.
Quiero reflejar tu gozo en todo momento.
Amén.
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