¿Pelota de tenis o huevo? ¿Quién eres cuando la vida te derriba?

Pelota de tenis vs huevo: resiliencia cristiana

Imagina dejar caer una pelota de tenis y un huevo desde la misma altura sobre un piso duro. El huevo se quiebra y se derrama: no hay forma de repararlo. La pelota, en cambio, simplemente rebota. Mismo piso, misma altura, dos resultados distintos: uno termina roto sin remedio; el otro se levanta.

La pregunta es: ¿Quién eres tú cuando la vida te derriba?

Todos conocemos a alguien que reaccionó como el huevo: la crisis los quebró emocionalmente y nunca se recuperaron. Carla (nombre cambiado) perdió a su hijo en un asesinato terrible; por 17 años vivió en un ciclo de dolor y amargura.

Pero también hay personas como Chris, quien perdió a su esposa y a sus hijos en un accidente causado por un conductor ebrio, y aun así, con el tiempo, pudo decir que su vida era buena, plena… incluso mejor que antes. ¿Cuál fue la diferencia? La elección.

No siempre puedes elegir lo que te sucede, pero siempre puedes elegir cómo respondes. Puedes decidir enfocarte en:

  • El problema o las promesas de Dios,
  • Lo que perdiste o las bendiciones que aún tienes,
  • Lo que el enemigo hizo o lo que Cristo ya ganó.

Cuando eliges mirar lo que Dios está haciendo, te vuelves resiliente —como la pelota de tenis— porque tu esperanza se ancla en el Dios que restaura.

“Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; derribados, pero no destruidos.”
(2 Corintios 4:8–9)

Oración

Señor, cuando la vida me derribe, ayúdame a rebotar en fe. Abre mis ojos para ver lo que Tú haces y dame fuerza para levantarme de nuevo. Amén.

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