Uno de los personajes más respetados y admirados del Antiguo Testamento es Caleb. Quizás porque es un ejemplo de alguien que corrió bien y, sobretodo, terminó bien, aunque tuvo que esperar 45 años para ver el cumplimiento de una promesa. El dijo: “… Y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte…