Para mí, la impactante historia de la pesca milagrosa es mucho más que un relato de uno más de los tanto milagros que hizo el Señor.  Veo una hoja de ruta, un mapa, que detalla el camino para llevar mi vida desde simplemente sobrevivir día a día a llegar a dejar un legado de valor eterno en la vida de otros.   Veamos el interesante relato en Lucas 5:4-11:
“Cuando [Jesús] terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.  Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.  Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.  Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.  Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,  y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.  Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”.
Esta es la hoja de ruta:
sobrevivir —> estabilidad —> fracaso—>  éxito —> significado —> legado
Veamos cada etapa:
  • Sobrevivir (“nada hemos pescado”):  
Estos primeros discípulos eran pescadores.  Su sustento diario dependía básicamente de lo que recogían día a día.  Cuando estás en modo sobrevivencia  tu objetivo es básicamente llegar al final de ese día.  Para eso “cualquier brusca es buena”.   No sabes quién eres ni adónde vas, pues otras personas o circunstancias dictan lo que tienes que hacer,  y tú lo sigues, te guste o no, porque crees que no tienes opciones.
  • Estabilidad (pescar lo suficiente):
Es cuando tienes lo necesario para el día a día peo sabes que hay más.   Sabes lo que quieres y a dónde vas. Ya no eres guiado por los caprichos de la vida.  Estás motivado por el deseo de convertirte en aquello para lo cual Dios te creó.  Quizás no sabes exactamente a donde te lleva la vida pero sabes la dirección en que quieres ir y estás emocionado sobre la idea de crecer como persona.  Cada oportunidad que aceptas está basada en entender lo que quieres de la vida y no la opinión de otros.  Entiendes que tu destino no es adaptarse a quién eres hoy, sino a quién Dios te creó para convertirte.  Entiendes que estás destinado a algo mucho más grande de lo que puedas imaginar.
  • Fracaso (“Maestro: todo la noche hemos trabajado y nada…”). 
 ¿A quién no le gustaría ser parte de “encerrar gran cantidad de peces, y que la red se rompa..”?  Pero a menudo pasamos por alto el hecho de que la pesca milagrosa vino solo después de una larga noche trabando sin pescar nada!

El camino al éxito va a atravesar el fracaso.  No conozco ninguna persona verdaderamente exitosa que no haya atravesado periodos de fracaso.   Eso requiere que cambiemos nuestra actitud y manera de pensar acerca del fracaso.  Verlo como un maestro, no un enemigo, porque el verdadero éxito es purificado en el fuego del fracaso.

  • Éxito (“y la red se rompía”):
El verdadero éxito es mucho más que fama, dinero y cosas materiales, posición, honores etc.
El verdadero éxito es la máxima utilización de los recursos y habilidades que Dios te ha dado.
No se mide en comparación con los logros de otros.  Siempre se mide con respecto a tu potencial.   Al final, la pregunta que Dios te hará es:  ¿Qué hiciste con lo que te di?
El verdadero éxito es balanceado.  Alcanza todas las esferas de nuestra vida:  mental, espiritual, familiar, financiero, físico y carrera o profesión.
¿Cuál es la clave del verdadero éxito? No es persistencia, aunque eso es importante.  Tampoco es información, aunque eso también es valioso.  Es obediencia.   Simón Pedro tuvo éxito ese día no por suerte, ni en base a su experiencia como pescador, ni por alguna técnica en particular,  ni por un reporte por internet con información actualizada sobre la posición de los peces, sino porque obedeció lo que el Señor le dijo:  “Mas en tu palabra echaré la red”.
Cuando enfrentes alguna situación busca la ayuda de Dios y de alguna manera Él te va a responder.  Sea a través de la Biblia, un mensaje, consejería, un hermano, un amigo, lo que sea, pero Él te va hablar.   Lo que te corresponde entonces es simplemente obedecer porque en la obediencia a Dios está la clave al éxito verdadero.
  • Significado (“ambas barcas se hundían”):
Significado es cuando ayudas a otros a también tener éxito.  Hay gozo cuando tus palabras y acciones permiten que otros descubran y desaten el potencial que hay en ellos.
  • Legado (“serás pescador de hombres”):  
¿Qué hicieron con toda esa pesca maravillosa?  ¡Lo dejaron todo!  ¡Interesante!  ¡No se quedaron con el don sino con el Dador del don!  No con la bendición sino con la fuente de bendición.  Entendieron que no se trata de peces, sino de tener un impacto de valor eterno en la vida de otros.
“Dejar un legado es intencionalmente preparar a tus seres queridos para que crezcan a través de los desafíos más difíciles de la vida”.   -Tom Ziglar.
Un legado es mucho más que una herencia.  Sí, es sabio tener un testamento.  Pero es muchísimo más importante dejarles a tus herederos un legado, porque sin él,  ellos ho sabrán qué hacer con la herencia.
Puedes tropezar sobre lo que el mundo llama éxito pero significado y dejar un legado que repercute a través de la eternidad requieren que seas intencional.  No va a ocurrir por accidente.  En este pasaje tenemos la hoja de ruta para lograrlo.
¿Qué hay de ti? ¿Quieres dejar un legado?  ¿Dónde te encuentras en la hoja de ruta?
Déjame tus comentarios.
¡Bendiciones!

1 Comment

  • Jorge Ivaldy
    Posted November 15, 2020 10:07 pm 0Likes

    Me gusta la frase que la medida del éxito está en tu potencial. Es interesante porque a veces queremos tener el éxito en la medida del potencial que otro tiene y al final se termina con grandes frustraciones. Vivimos en un mundo que nos dicta de manera casi exacta que es ser exitoso o no, y que nos condiciona bajo esos criterios de éxito, lo malo de esto, es que luego viene la frustración debido a que el plan del creador para ti es diferente a lo que el mundo dicta

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